viernes, agosto 15, 2008

Despedida anticipada... O el "Eventualmente" que por fin llegó.

La verdad no sé muy bien por qué escribir hoy, por qué ahora... Por qué desde hace días empecé a ver la distancia como algo relativo, una especie de estado mental, que nos hace situar a la gente que más queremos cerca de nuestro "corazón" aún si no podemos verlas, y alejar a otras personas aunque geográficamente están a un paso de nosotros.
La sorpresa me golpeó en la nariz para hacerme reaccionar, ver lo que todos han visto y entender que mi único error es no escuchar lo que refuta mis argumentos, lo que no se adapta a mis decisiones (tomadas siempre antes de consultarlas hasta conmigo misma!) aunque esto tiene la ventaja de que mi externalidad es mínima y soy capaz de asumir mis responsabilidades con asombrosa rapidez.
Esta vez me equivoqué, eso de que las personas siempre tienen un lado sensible al cual se accede de inexplicables formas, que no muestran sino a algunos elegidos (yo, quizá) es falso. No todo el mundo es sensible, no todos tienen tristezas y miedos, confusiones y dudas que compartir con esos elegidos!!! Hay gente que está tan seca por dentro que es incapaz de sentir algo genuino por otro ser humano, esa misma gente que intenta conectarse con lo que alguien más le dice sin lograr comprender la dimensión "emocional" de sus palabras, generando entonces una respuesta tan tosca como sus gestos y sus acciones.
Ser buena, abierta, transparente con el mundo, no garantiza que el mundo será igual contigo, pero para mi, ser así es ser YO, por lo tanto, no importa las veces que me equivoque, no voy a cambiar, porque el amor humano se trata de dar más que de recibir, y en el camino he aprendido a amar a quienes me han dejado algo bueno, útil o por lo menos una buena (dolorosa) lección. Y ¿qué he dado yo? Mi atención, mi cariño y mi paciencia, mis malos chistes y buenos consejos, mi interés en conocer sus mundos y compartir sus alegrías... He entregado lo que soy genuinamente, a riesgo de que suceda lo que hoy puedo admitir: me equivoqué al entregar parte de mi a otra persona que no sabía qué dar ni qué recibir...
Yo me equivoqué, pero eso no resta valor a ninguno de los minutos que compartí, que viví y disfruté a su lado, aunque si le preguntan a él, podría atreverse a decir que todo eso nunca ocurrió. (Sin embargo, esa madrugada de lunes fue real y cada palabra que salió de su boca sigue en mi cabeza como prueba de que incluso los seres más vacios tienen algo guardado, esperando salir)