A diferencia del “Ser o no ser”, el saber o
no saber no debería ser un dilema. Ser algo o no, lo elegimos, lo cambiamos, lo
desechamos, sin mayor problema que la temporal pérdida de la identidad. Saber,
en cambio, es algo mucho más complicado.
Pedimos honestidad permanentemente, en
todos los ámbitos de nuestra vida. Queremos que las personas que nos rodean se
armen del valor que implica decir todo, que pierdan muchas veces la vergüenza o
el decoro, que se despreocupen por las consecuencias, y simplemente lo suelten…¡todo!
Pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado a
nosotros mismos
cuánta cantidad de información es “demasiada información”?
Queremos saber si nuestro jefe está
contento con nuestro trabajo, queremos saber si nuestra pareja nos ha engañado,
queremos saber si nuestra mejor amiga realmente se alegra de nuestros triunfos,
si nuestros padres aprueban nuestras decisiones, si vamos a morir mañana…queremos
que los otros sean tan transparentes como para leerles la mente y saber qué
realmente piensan, sienten, quieren o hacen.
Lo único que no queremos es ignorar cosas
pero, si las ignoramos, ¿no será por alguna justificadísima razón? Si no puedo
saberlo todo y me veo forzada a confiar en la verdad que otros me transmiten,
¿tendrá eso algún sentido?
Nos creemos tan infalibles, tan preparados,
tan maduros, que estamos convencidos de que podemos manejar cualquier cosa que
nos digan, desde un “no te amo” hasta un “te queda una semana de vida”…Pero ¡no!
La dolorosa verdad es que nos damos cuenta
de que no estamos preparados para oír algo después de haberlo escuchado. Y
aunque esto parezca un chiste cruel, es una realidad que vivo, que hoy un poco
padezco, por andar de preguntona, por andar haciéndome la chistosa, por creer
que las cosas tristes no lo son tanto.
Gente, todos somos ignorantes de algo, en
mayor o menos medida y, ¿saben qué?, hoy entiendo que es mejor seguir así, que
eso que debamos saber llegará a nosotros y, si no llega, no es el fin del mundo.
Después de todo, es mejor no saber algo que desear “des-saberlo”.