Hoy faltan 10 días para mi cumpleaños y no tengo nada que decirme... No estoy molesta conmigo, tampoco decepcionada o confundida, sólo no tengo nada que decirme.
Raro puede parecer, porque siempre hay un grupo de palabras listo para salir disparado de mi boca, pero esta vez me miro en el espejo, preguntándome qué significado tendrá este cumpleaños para mí, qué quiero o qué aspiro de este nuevo comienzo... Pero no sale nada, nada.
Hace unos días creí que había recibido el mejor de mis regalos, ahora empiezo a creer que eso de "cuidado con lo que deseas" debe tomarse en serio... Lo que recibí y acepté gustosa, fue la responsabilidad de compartir mi vida (desastrosamente llevada, gracias) con alguien que siempre creí perfecto, magnífico, superior... Por supuesto, "alguien" tiene defectos y neurosis que reclaman atención, esa que yo exijo pero no siempre doy, esa que merezco pero difícilmente ofrezco a otros.
No me quejo, me gusta muchísimo y juro que su sonrisa podría hacer que el Comunismo desaparezca del planeta, pero llegué rápidamente al punto de cuestionar si estoy haciendo lo correcto, si puedo, quiero y necesito estar a su lado, feliz, cómoda, segura, confiada, entregada... Soy capaz, a mis 29 años, de permitir que alguien me conozca?
Por ahí pregunté qué pasaría si se asusta y huye... Alguien sabio me contestó que si es así, no era la persona correcta y listo, llamaríamos al siguiente concursante. Nada que no haya hecho antes, pero esta vez no me siento como antes, ahora no veo las cosas como lo hacía antes.
Esta vez quisiera regalarme de cumpleaños la oportunidad de sentir cosas por "él" sin restricciones, sin normas ni estructuras... Y dejar que lo inevitable ocurra, sin querer leer la última página antes de comprar el libro!
Quizá debería decirme: Di, sé libre, disfruta de esta situación, aprende lo que puedas y atesora cada sonrisa, cada abrazo, cada mirada, porque al final, será la suma de esas pequeñas cosas, la que de como resultado una experiencia feliz en tu vida... Para variar.
Raro puede parecer, porque siempre hay un grupo de palabras listo para salir disparado de mi boca, pero esta vez me miro en el espejo, preguntándome qué significado tendrá este cumpleaños para mí, qué quiero o qué aspiro de este nuevo comienzo... Pero no sale nada, nada.
Hace unos días creí que había recibido el mejor de mis regalos, ahora empiezo a creer que eso de "cuidado con lo que deseas" debe tomarse en serio... Lo que recibí y acepté gustosa, fue la responsabilidad de compartir mi vida (desastrosamente llevada, gracias) con alguien que siempre creí perfecto, magnífico, superior... Por supuesto, "alguien" tiene defectos y neurosis que reclaman atención, esa que yo exijo pero no siempre doy, esa que merezco pero difícilmente ofrezco a otros.
No me quejo, me gusta muchísimo y juro que su sonrisa podría hacer que el Comunismo desaparezca del planeta, pero llegué rápidamente al punto de cuestionar si estoy haciendo lo correcto, si puedo, quiero y necesito estar a su lado, feliz, cómoda, segura, confiada, entregada... Soy capaz, a mis 29 años, de permitir que alguien me conozca?
Por ahí pregunté qué pasaría si se asusta y huye... Alguien sabio me contestó que si es así, no era la persona correcta y listo, llamaríamos al siguiente concursante. Nada que no haya hecho antes, pero esta vez no me siento como antes, ahora no veo las cosas como lo hacía antes.
Esta vez quisiera regalarme de cumpleaños la oportunidad de sentir cosas por "él" sin restricciones, sin normas ni estructuras... Y dejar que lo inevitable ocurra, sin querer leer la última página antes de comprar el libro!
Quizá debería decirme: Di, sé libre, disfruta de esta situación, aprende lo que puedas y atesora cada sonrisa, cada abrazo, cada mirada, porque al final, será la suma de esas pequeñas cosas, la que de como resultado una experiencia feliz en tu vida... Para variar.
2 comentarios:
Yo te diría que siguieras lo que te dijo ese alguien sabio.
Y la vida, para variar, habló.
Publicar un comentario