Creo que nunca había tenido que preguntarme si es necesario negociar qué lado de la cama pertenece a quién, hasta ayer, cuando mi novio me aviso que compró "nuestra" cama.
Lo gracioso es que desde que tengo memoria, me he apoderado de camas grandes y chicas, muy a pesar de mi estatura, sin respeto alguno por las preferencias de otro (que ha sido en la mayoría de los casos mi mami, porque sí, me encantaba dormir con mi mami)
Anoche, cuando hablaba con él por teléfono, mientras cerraba el negocio y cuadraba la entrega de la cama, recordaba que hace varios años compré un magnífico y algo exagerado juego de cuarto para "cuando me case". Nunca ocurrió, pero disfruté de esa enorme cama cada noche, sola, gigante, durmiendo cabeza arriba, cabeza abajo, diagonal, con las piernas colgando... En cualquier posición que pudiera, total, era MI cama y podía hacer lo que quería.
De verdad estoy preocupada: ¿preferirá el lado izquierdo o el derecho? ¿es de los que tienden la sábana tipo hotel o más bien lanza el cobertor encima y ya? ¿usa todas las almohadas? ¿me dejará comer en la cama? ¿pintarme las uñas en la cama? ¡¿saltar en la cama?!
Será hasta mañana en la noche que tenga oportunidad de aclarar algunas de estas dudas (lo de saltar en la cama lo intentaré cuando la relación esté un poco más avanzada) pero por ahora me ilusiona la idea de que él haya comprado el tipo de colchón que a mí me gusta, el tipo de almohada que prefiero y se haya ido a dormir pensando que hay una mitad de esa cama que es mía...
1 comentario:
Tranquila que hablando y amando, se entiende la gente.
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