Cuando dicen que uno no puede saber cuando va a morir es cierto, es imposible determinar en que momento vamos a respirar por última vez antes de despedirse de este mundo, sin previo aviso, sin anuncios formales, sin discursos largos ni cortos. Se cierra el telón y hasta allí alcanza la vida.
Quién iba a decir que yo, Diana Lucía, iba a perder parte de mi inocencia ese día, en medio de un lugar parecido al paraíso, acompañada por gente que conozco sin conocer y que me sacaron del lugar más oscuro que uno puede visitar, la desesperanza.
Sí, horas antes creí morir al descubrir que la gente puede amar y ser mala, todo al mismo tiempo, y fueron "ellos" los que me salvaron de esa muerte emocional casi irreversible... Más sobrevivir no era una palabra común en mi vocabulario, no todavía.
Estaba empezando a disfrutar de la lejanía del amor y la cercanía de la espontaneidad cuando decidí entrar al agua, a lavar mi cuerpo de la tristeza,y entonces sucedió... La corriente me atrapó con una fuerza imposible de combatir, una ola, dos, tres, agua en mi cara, en mi boca, en mi nariz, agua entrando en mi sin poder evitarlo... Agua, a golpes, enterrando mis pies en la arena, empujándome hacia adentro, olas hundiendo mi cabeza, aire que se escapaba de mis pulmones sin regresar... Grité (o creí gritar) pidiendo auxilio, hasta que me di cuenta que estaba sola, sola en medio de un remolino formado por la convergencia de las olas o algo asi... Simplemente atrapada, literalmente sin salida... Me rendí, pensando en 30 segundos más de lo que nunca logré pensar en mi vida...
Y para mi sorpresa, ni un sentimiento de culpa o arrepentimiento, tenía saldo positivo con mi "corta" vida!!!!!!!!!!
Sin embargo, algo me molestaba, algo como un vacio dentro de mi, como si faltara una sola cosa en ese momento... Por qué no había una última cara que mirar, alguien de quién despedirme???
Ah claro! no estaba él, y no quería morirme sin despedirme... No quería irme al otro mundo sin tener la oportunidad de decirle lo que siento y que lo siento... Por fin, algo de arrepentimiento en mi, y solo ocasionado por la persona que me hizo feliz y miserable en su paso por mi vida!!!!!!!!!!!
De pronto, una mano me dio el impulso de salir y un golpe en mi rodilla me hizo reaccionar de a poco, estaba de vuelta, en 1 pieza y con más agua dentro de mi que en todo el mar Caribe.
Pero no era su mano, ni su voz, ni su preocupación... Era la de alguien que si estuvo allí, y se preocupó sinceramente por mi (GRACIAS!)
No quiero morirme sin verlo, sin hablarle de lo que sucedió, sin recuperar la parte de "ser feliz" a su lado... Pero tampoco quiero perder el tiempo soñando en su regreso si en realidad no va a regresar, porque después de ese momento mi vida se redujo al ahora, a no preocuparme por lo que no está a mi alcance, a procurar darme el placer que puedo sin depender de otros...
Mi vida vale más que todas las horas que pierdo llorando, preocupada, angustiada, planificando cosas que aun no se si ocurrirán... Mi vida vale lo que yo decido... Mi vida vale lo que tengo ahora, más que lo que tuve o tendré antes de morir de verdad, irreversiblemente.